TERAPIA PARA NIÑOS

Con niños siempre elijo ponis que se ajusten a su tamaño para que puedan relacionarse con los animales de una manera más cómoda para ambos y no necesiten la ayuda constante del adulto. Aprenden que son capaces de cuidar a otro ser vivo y se hacen responsables de todo aquello que pueden hacer según su edad: buscar la caja de los cepillos, cepillar los ponis, buscar y poner la montura y la brida, recoger los juguetes que hemos usado y darle un premio al finalizar la sesión (que ellos tienen que recordar traer de casa). Con niños más mayores cogemos ponis más grandes y con adolescentes incluso caballos, aunque de vez en cuando me gusta trabajar con ponis pequeños pie a tierra para mejorar la comunicación no verbal.

A continuación os expongo algunos ejemplos de terapia infantil:

Babyponi

Son sesiones pensadas para los más pequeños, a partir de 18meses (cuando ya hay estabilidad entre las vértebras cervicales atlas y axis). La mayor parte de la sesión es pie a tierra, aunque también montamos. Además de las responsabilidades a su medida, se trabaja la psicomotricidad fina y gruesa, la coordinación, la lateralidad, el equilibrio, la adquisición del esquema corporal, el ritmo y la planificación motora. Es un momento para compartir con la madre y/o el padre, que nos acompañan y participan en las sesiones.

WEB foto TDAH

Problemas de atención e impulsividad
(con o sin diagnóstico TDAH)

Empezamos las sesiones con el poni en libertad (en una pista vallada) para aprender qué efecto tiene nuestra manera de comportarnos. Si nos movemos bruscamente y vamos directamente hacia el poni para cogerle, él reaccionará huyendo al vernos como un depredador que lo quiere cazar. Si nos queremos ganar su confianza, tenemos que controlar nuestra energía y aprender a relajarnos. Los caballos requieren calma y paciencia. También hacemos ejercicios de volteo montados (figuras encima del caballo en movimiento) que nos obligan a estar atentos a lo que hacemos para no perder el equilibrio y caernos.

Lesiones cerebrales y discapacidad psíquica

Siempre desde el juego, se pueden trabajar los colores, números, letras, conceptos matemáticos, secuencias lógicas. Y si es encima de su poni o caballo favorito y con la colaboración de las perras la motivación aumenta y la capacidad de aprendizaje también. Cuando las cosas no salen como queríamos hay tendencia a enfadarse o rendirse, pero poco a poco aprendemos a gestionar las emociones y a tolerar mejor la frustración. Autonomía personal y sentimiento de normalidad son aspectos muy relevantes en este tipo de sesiones.

Introversión, inseguridad, baja autoestima

Con todos los cambios que comporta la adolescencia a nivel físico, hormonal y emocional aparecen los miedos, la inseguridad y la timidez que van estrechamente ligados a la baja autoestima aunque también se pueden dar en la infancia. Los caballos buscan en nosotros alguien en quien confiar y para conseguirlo tenemos que actuar como líderes positivos: seguros de nosotros mismos, atentos a nuestro alrededor, calmados, protectores cuando hace falta, capaces de poner límites de manera asertiva. Es muy importante hablarles para que reconozcan nuestra voz y se tranquilicen, así como mantener una posición erguida de nuestro cuerpo y la mirada hacia donde queremos ir. Superando miedos el caballo y el niño juntos, se dan cuenta de lo que son capaces de hacer allí y en la vida en general.